Descripción: Tamaño: Mide 20 cm aprox. Variación de la nominal ( Trichoglossus Johnstoniae ) : Por lo general los colores de su plumaje son mas opacos, especialmente el color rosa de la zona de la cara. Color amarillo en pecho y abdomen. Espalda verde.

Descripción: Es un perro vigoroso, copiosamente cubierto de pelo, de porte altivo y una cara en forma de crisantemo.

Descripción: Como otros lémures de cola gruesa, C. adipicaudatus es capaz de acumular grasa en su cola, para utilizarla como fuente de energía durante su periodo de hibernación.

Descripción: Perro bien proporcionado, secamente musculado y de estructura de corte bien definido, cuyo cuerpo muestra poder y también habilidad para desarrollar la velocidad necesaria para un perro de caza. Tiene hocico en forma de cuña el cual es un poco más corto que el largo del cráneo y relativamente seco, sin labios colgantes. Su cuerpo es un poco más largo que su altura a la cruz, por consiguiente ligeramente alargado. El manto, aunque realmente no es largo en el cuerpo, da ese aspecto porque las orejas y la cola están bien cubiertas de pelo y por la abundancia de pelo en el cuello y el pecho, así como por la presencia de flecos en las orejas, miembros anteriores y posteriores y especialmente en la cola.

Descripción: Es una especie de ave extinta de la familia de los loros (Psittacidae) y sólo conocida a través de la obra del zoólogo Thomas Atwood, que describió la especie en 1791. Atwood habla de un guacamayo de la isla de Dominica con plumaje verde y amarilla y una "máscara escarlata desde los oídos hasta el nacimiento del pico". No se conservan restos biológicos de esta ave, por lo que se la considera hipotéticamente extinta. Atwood afirmaba que este guacamayo era cazado habitualmente por su carne y como mascota. Clark, uno de los principales zoólogos y autoridades sobre loros, inicialmente incluyó a estos guacamayo en la especie Ara guadeloupensis (Guacamayo de Guadalupe). Sin embargo, tras conocer los estudios de Atwood la convirtió en una especie separada. El guacamayo dominicano posiblemente se extinguió a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX