Descripción: Aspecto y anatomía del zorro polarrnEl organismo de los zorros árticos está preparado para permitir su supervivencia en un entorno extremo como es el Polo Norte. Su cuerpo compacto, la piel gruesa y el manto denso y bien tupido les ayudan a conservar calor y aislarse de las adversidades climáticas del medio exterior. En la edad adulta, los zorros polares suelen medir entre 35 y 55 centímetros, con un peso corporal promedio de 1,5 a 2,9 kg para las hembras, y de 3,2 a 9,4 kg para los machos.rnrnCon la llegada del invierno, el zorro ártico adopta su espectacular manto invernal, muy voluminoso, largo y completamente blanco. Este pelaje permite que el zorro ártico se camufle fácilmente entre la abundante nieve que recubre los paisajes de la tundra ártica durante la estación más fría del año. Pero durante las estaciones más caídas, el manto del zorro polar suele presentarse menos denso y más corto para soportar las temperaturas más elevadas, y su tonalidad se muestra más grisácea o ligeramente parda. Este proceso de muda es indispensable para que esta especie logre adaptarse a los cambios climáticos extremos que experimentan las zonas polares.rnrnLa larga y voluminosa cola de los zorros árticos también es un aspecto importante de su anatomía. Además de ayudarles a mantener su equilibrio, también les ayudan a mantenerlos protegidos durante el invierno, sirviendo como una manta natural en los días más fríos.rnrnComplementando las características físicas más destacadas del zorro ártico, debemos mencionar también el hocico alargado, que le permite disfrutar de un olfato muy bien desarrollado, las orejas puntiagudas que suelen permanecer alertas para detectar fácilmente cualquier posible amenaza en su entorno, y sus ojos oscuros que son indispensables para la poderosa visión que les permite cazar mismo con la baja disponibilidad de luz en las noches del invierno ártico |