Descripción: El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus, literalmente «buitre barbado»), es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es un buitre notablemente distinto de otras aves de presa parecidas. Recibe su nombre por su costumbre de remontar huesos y caparazones hasta grandes alturas para soltarlos, partirlos contra las rocas y poder ingerirlos para alimentarse. Se trata de una especie amenazada en amplias zonas de su distribución, y en el continente europeo es un animal en grave peligro de extinción que ha desaparecido de varias regiones donde antes era abundante. En la actualidad se le puede observar en la cordillera Cantábrica (donde ha sido reintroducido gracias a ejemplares oscenses), los Pirineos, los Alpes (donde ha sido reintroducido), norte de África, el Gran Valle del Rift, Sudáfrica, Grecia y desde Anatolia hasta los montes Tian Shan y el Himalaya.
La envergadura alar de esta especie varía entre los 2,75 y los 3,00 m. Su peso puede variar entre 4,5 y 7 kg. Son características de esta especie las alas largas y estrechas, la cola larga en forma de rombo y el hecho de tener la cabeza recubierta de plumas, al contrario que el resto de buitres. Esto se debe a que el quebrantahuesos no introduce la cabeza y cuello en los cuerpos de animales muertos, sino que es una especie osteófaga (de hecho, es la única ave que se alimenta casi exclusivamente de huesos): cuando los mamíferos carnívoros, cuervos y otras especies de buitres han hecho desaparecer las partes blandas, los quebrantahuesos acuden para alimentarse de los huesos. Cuando estos son demasiado grandes para poder tragarlos los agarra con sus patas y los deja caer en zonas rocosas para partirlos en fragmentos más pequeños que pueda ingerir. Esta práctica no es para comer el tuétano, como mucha gente cree, el quebrantahuesos ingiere el hueso entero, pudiendo tragar trozos de hasta 20 cm de longitud. Se estima que un 75% de su dieta se compone de lo que obtienen de los huesos de ungulados domésticos y salvajes. El resto lo componen pellejos y restos de carne, y alguna que otra tortuga muerta, previo despeñamiento de su caparazón. Se alimenta de huesos y otros restos de animales muertos. También come ratones y pequeños lagartos.
El color del plumaje varía enormemente con la edad, distinguiéndose hasta 4 coloraciones diferentes a lo largo de la vida del animal:
Los individuos de menos de un año tienen una coloración parda clara en el vientre, marrón en la cara interna de las alas y la cola y negra en los extremos de estas, cabeza y dorso. En la espalda se observa un escudete de pelaje blanco.
Entre 1 y 3 años el cuello sigue siendo oscuro, pero las plumas de la cara y vientre empiezan a clarear mostrándose zonas blancas, como en el adulto. La cola se ha vuelto ligeramente más clara.
Entre 3 y 6 años las plumas de las alas se vuelven grisáceas, mientras que las del cuello empiezan a sustituirse por marrones y luego amarillentas. Las de los hombros y brazos se oscurecen con el tiempo.
Los individuos de más de 6 años tienen las alas y la cola más afiladas. El cuerpo, cuello y cabeza son enteramente blanco-amarillentos, algo solo interrumpido por el antifaz negro de los ojos y en algunos casos un fino collar de plumas negras en la base del cuello. Las alas y cola son grises, aunque en el caso de las primeras destacan las coberteras negras y las axilas blancas. El dorso es pardo oscuro.
Además, la subespecie presente en Eurasia y el Magreb (G. b. barbatus) presenta en estado adulto unas ligeras líneas negras en la zona de los oídos, característica de la que carece la subespecie del sur y este de África (G. b. meridionalis). Esta especie no presenta dimorfismo sexual. Las formas más septentrionales presentan las patas emplumadas hasta los dedos; por el contrario, en África se encuentra una subespecie de patas desplumadas.
La descripción de la coloración se ve enrarecida debido a la presencia de factores externos. Se ha descubierto que estas aves adquieren la coloración rojiza y amarillenta tan característica al bañarse en barro rico en óxidos de hierro, siendo su verdadera coloración blanca.
No es habitual que el quebrantahuesos emita algún tipo de sonido; si se ve muy amenazado, puede emitir un pequeño silbido, pero habitualmente esta especie se comunica con los ojos y el plumaje de su cabeza. La descripción de su ojo es: Iris amarillo y esclerótica roja. Cuanto más excitado está (ya puede ser por estrés, enfado, o deseo de cópula) más se inflama dicha esclerótica a la vez que eriza todo el plumaje de su cabeza.
Los quebrantahuesos habitan en zonas montañosas y escarpadas, dotadas de grandes barrancos o acantilados desde donde poder arrojar sus capturas para alimentarse de ellas. Además, prefiere buscar también zonas de cuevas, donde pueda nidificar sin ser molestado. Los quebrantahuesos suelen compartir hábitat con rebecos y cabras monteses. En la actualidad únicamente se han mantenido sin extinguirse en el Pirineo aragonés, |