Descripción: Las babosas terrestres son moluscos gasterópodos del orden Pulmonata sin concha o con pequeñas conchas internas, en contraste con los caracoles, que tienen una concha prominente. Algunas especies de gran tamaño reciben el nombre de taveras. El término ‘babosa’ no tiene ningún significado taxonómico ya que en él se incluyen gasterópodos de diversos grupos.
El cuerpo de la babosa es alargado y mide entre 1 y 15 cm según la especie. Se subdivide en las siguientes partes:
Cresta mediodorsal
Manto o escudo
Antenas
Glándula mucosa caudal
Placa de reptación
La cabeza tiene cuatro antenas y la boca; las antenas superiores llevan en sus extremos los ojos, que son además órganos táctiles y olfativos. La boca incluye dos mandíbulas, con pequeños dientes, y la lengua dentada, o rádula.
El escudo o manto, detrás de la cabeza, cubre algunos órganos con una laminilla calcárea. Sobre la derecha del escudo se observa el neumostoma, orificio respiratorio del animal. Detrás del escudo está la parte caudal.
El pie es la parte ventral y musculosa del animal. Se adhiere al suelo gracias a la placa de reptación.
El moco, o secreción líquida que recubre su cuerpo, actúa como humectante y facilita el desplazamiento.
La babosa es un animal nocturno. Su actividad varía de acuerdo a la época del año, según la temperatura y la humedad.
El ciclo de vida de las babosas, la velocidad de su reproducción y su crecimiento son condicionados por las condiciones climáticas, la luz y la comida disponibles, factores que determinan también la densidad de la población. Los inviernos suaves favorecen la supervivencia de los huevos y de las babosas jóvenes y su desarrollo. En cambio un invierno muy seco y muy frío puede limitar su reproducción.
Las babosas se desplazan poco. Puede recorrer, en condiciones óptimas, entre 4 m y 7 m en un mismo día la babosa gris; o entre 2 m y 3 m la babosa negra.
El moco les es indispensable para el desplazamiento. Cuando se mueven, una glándula situada en el extremo anterior del pie secreta un moco que, aplastado bajo la placa de reptación, le permite deslizarse. En áreas con abundante vegetación, las babosas no se dispersan más de 50 cm al día. Encuentran su comida gracias a los órganos olfativos y papilas gustativas. |