Descripción: Identificación
Ave de mediano tamaño (35-39 cm), cola larga con un borde blanco, y alas afiladas, aunque más romas que las del cuco común. Dorso oscuro y bastante moteado. Parte ventral bastante clara con un tono amarillento en la garganta. La parte posterior del píleo termina en un esbozo de cresta. Píleo y auriculares gris plateado en adultos, mientras que en jóvenes e individuos de un año son de color oscuro. Además, los jóvenes y los individuos de un año se diferencian de los adultos en vuelo debido a que gran parte de las primarias presentan un color marrón-rojizo.
Voz
Ruidoso y sonoro reclamo traqueteante, "Cherr-cherr-che-che-che-che" o "ki-ki-ki krie-krie-krie-krie" que a veces recuerda la alarma de un aguilucho.
Estatus de conservación
Categoría global IUCN (2012): Preocupación Menor LC.
Categoría IUCN para España (2002): No Evaluado NE.
Distribución
Distribuido por la mayoría de las provincias españolas de la península a excepción de aquellas situadas en la cornisa cantábrica (País Vasco, Santander y Asturias) y en el norte de Galicia. No cría ni en Baleares ni en Canarias y evita zonas montañosas de más de 1.300 m de altitud. Aunque es más abundante en el sur de la Península, la variación es enorme a lo largo de la geografía española.
Hábitat
Debido a sus hábitos parásitos necesita de otras especies de aves para reproducirse. En España sus principales hospedadores son la Urraca (Pica pica) y la Corneja (Corvus corone), por lo que el hábitat de cría coincide con el de estas dos especies: zonas más o menos abiertas, sotos, setos arbolados, bosquetes, parques, frutales, bordes de carreteras, vegas, encinares y otros bosques aclarados, pastizales y ambientes perimarismeños, en altitudes que oscilan entre el nivel del mar y los 1.200-1400 m. Alcanza densidades máximas de 5 adultos por km2 de hábitat óptimo para la Urraca.
Movimientos
Especie migradora con poblaciones invernantes de procedencia desconocida. Los adultos abandonan la zona de cría a principios de junio, mientras que los jóvenes lo hacen a principios de agosto. La mayoría de los individuos europeos no llegan a atravesar el trópico e invernan en el hemisferio norte, a más de 3.000 km de sus zonas de cría. Aunque los individuos jóvenes y los adultos no inician juntos la migración hacia los cuarteles de invierno, con relativa frecuencia, se observan juntos en los lugares de invernada. Su regreso a la Península es principalmente durante los meses de enero y febrero. |